Tuesday, July 28, 2009

Celebrando la fiesta del Santiago en Huancayo y alrededores.
Cada 24 de julio inicia una celebración típica de nuestra sierra central: la fiesta en honor al patrón Santiago, o Tayta Shanty. Esta es una celebración fundada en la celebración de la fertilidad del ganado, por lo que en medio de baile y alegría, se realiza el "marcado" de los animales, el cual consiste en la señalización de éstos para su adecuada contabilización y control del crecimiento.

Sin embargo, con el tiempo la fiesta ha excedido el ámbito ganadero y se ha convertido en una celebración que en la misma ciudad de Huancayo forma comparsas que bailan por las calles, confluyendo en el barrio de Auquimarca (distrito de Chilca, al sur de la ciudad), donde con algarabía se lleva a cabo la competencia anual de esta celebración.Este 2009, luego de celebrar la fiesta del santiago en Huancayo, partimos hacia el distrito de San Juan de Jarpa, en la provincia de Chupaca para realizar el marcado anual del ganado. El viaje toma 2 horas desde Huancayo y asciende lentamente hasta los 3400 msnm a través del valle del río Cunas, en un paisaje rodeado por eucaliptos, luego cipreses y finalmente sólo las plantas menores de la puna. San Juan de Jarpa es principalmente ganadera y agricultora estacional (en tiempo de las heladas -Mayo a Julio- es típico ver todo el valle de un color amarillo por la ausencia de sembríos debido a las bajas precipitaciones y el clima extremadamente frío), el paisaje siempre tiene grandes rebaños de ovejas y ganado vacuno alimentándose en las laderas de las montañas, las casas se encuentran dispersas y el transporte vehicular sólo alcanza hasta ciertas zonas, desde las cuales se va a pie hasta las viviendas de más disícil acceso. El "marcado" se hace especialmente difícil cuando las ovejas son demasiado grandes pues oponen bastante resistencia a ser atrapadas, aunque quizá la parte más difícil sea el marcado de los pequeños borregos pues se les hace por primera vez el agujero en las orejas para poder atravezarles las cintas con las que quedarán señalizados y contabilizados, y el dolor los hace balar ruiosamente. Los toros también oponen bastante resistencia al marcado, aunque atrapándolos adecuadamente es posible colgarles el "collar" de frutas con que se acostumbra marcarlos (ponerle aretes a estos animales no es nada fácil pues la molestia los podría hacer moverse tan bruscamente que podrían herir a alguien).
Finalizado el marcado, probar unas deliciosas "mashuas" sancochadas con queso fresco reanima antes de partir -ahora cuesta abajo- por toda la montaña, aunque la vista que se tiene desde ahí del paisaje del valle del Alto Cunas paga muy bien el esfuerzo.

¡Hasta pronto!
Visitando el valle de Chanchamayo - Junín

Aprovechando un fin de semana volví luego de algunos años a la selva más cercana a Lima: el valle de Chanchamayo, en la región Junín. El trayecto toma unas 8 horas desde la Capital, y recorre la carretera Central hasta La Oroya, donde el desvío hacia Tarma nos permitirá ingresar suavemente a la siempre verde selva central del país.La capital de la provincia de Chanchamayo es la ciudad del mismo nombre (hasta hace poco llamada La Merced, que es como mejor se le conoce), pero antes de arrivar a ella se atraviesa el distrito de San Ramón.La oferta turística es extensa en la zona, aunque el sólo encontrarse en medio de las montañas tupidas de árboles y el clima cálido y alegre bien puede justificar el viaje hast allá. Sin embargo, lo más llamativo es sin duda poder darse un baño en las varias cataratas a las que uno puede dirigirse (Velo de la novia, Bayoz, etc.) en las que es una delicia darse un baño de agua helada rodeado del paisaje selvático que elimina todo cansancio que uno pueda tener. Luego del viaje y los baños, nada mejor que probar la exquisita sazón con los productos regionales: prueben un chicharrón de zamaño, una buena porción de doncella frita, un guiso de cutpe o de venado o para los más curiosos, un chilcano de carachama (que de hecho, los sorprenderá visualmente).
No hay recorrido turístico que no exija abordar una lancha a motor y dar un paseo por el río Perené, con el fonde del paisaje de selva y el sonido de las aves atravezando el hermoso cielo azul. Normalmente podrán conocer a los pobladores originarios de la zona, miembros de la población Asháninka, asentados en comunidades vecinas a las ciudades actuales, personas que mantienen vivas sus costumbres y tradiciones, y que sustentan su economía en parte al aporte que los turistas podemos hacer en nuestras visitas, así que anímense a visitarlos para conocer un poco más de nuestro país y nuestra gente.En resumen, este es un viaje corto que puede llevarlos a conocer aquella selva que quizá sólo han visto en fotografías o televisión, pero que cuando descubran los dejará fascinados, seguramente cambiará su forma de ver las cosas y les permitirá disfrutar de experiencias inolvidables y divertidas que justificarán plenamente su decisión de visitar la preciosa Selva Central del Perú.
Como siempre, ¡Buen viaje para todos!